Homilía de la Ascensión: Me voy al Padre

Nota: Después de mucho retraso, estoy publicando el 12 de mayo de 2024, esta homilía dominical cuando estaba como diácono en la Iglesia Católica de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens, California, al lado de Long Beach.

Centrada en Mateo 28:16-20, la di una vez el domingo 21 de mayo de 2023, para la Solemnidad de la Ascensión (En California, la fiesta se traslada a un domingo). Esta grabación fue de la Misa de las 10.

Lección: Debemos dejar atrás una cosa buena para que podamos recibir la siguiente cosa buena del Señor.

Anuncié a la parroquia mi próximo traslado a Roma.

Dios bendiga a ustedes.

Ésta es la homilía.

‹‹Me voy al Padre››.

Las últimas semanas, Jesús en los Evangelios prepara a sus discípulos para su regreso al Padre. La solemnidad de hoy recuerda ese regreso.

Jesús se lleva al cielo nuestra naturaleza humana glorificada. Allí donde está esa naturaleza humana, allí está nuestra esperanza del cielo. Pero debemos seguir a Jesús para ir al Padre.

‹‹Me voy al Padre››.

Siempre que me mudo, reviso mis cosas y tiro lo que no es necesario. ¿Por qué necesito esta ropa?  ¿Por qué sigo aferrándome a esto?

Del mismo modo, cada partida es un paso hacia el Padre. Cada embalaje y cada despedida nos libera de lo innecesario: pecado, amargura o falta de perdón.

Así, nuestro corazón se abre a cosas más maravillosas. La última cosa maravillosa es Dios mismo.

Jesús enseñó esto a sus discípulos. Les hizo pasar de la restauración de un Israel terrenal al Reino de Dios.

Él dice: ‹‹Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos››.

Jesús nos manda ser sus testigos y hacer discípulos.

 Él dice: ‹‹Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado››.

A medida que la Iglesia se extiende, vemos a Dios en nuestras acciones y en las personas que nos rodean.

Jesús dice: ‹‹Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo››.

Salimos hacia los demás para que subamos a Dios.

‹‹Me voy al Padre››.

Yo también debo irme. Por supuesto, me voy a Nueva York a finales de este mes para mi ordenación sacerdotal el mes que viene. Estoy agradecido de servirles como diácono.

Pero haré otro viaje. Los Oblatos de la Virgen María me envían de esta parroquia a la universidad. Haré el doctorado en teología. Me voy a finales de junio.

El Señor me ha enseñado muchas cosas. Pero me ha enseñado a entregarme y a prepararme para cosas más maravillosas.

Voy al Padre.

Ustedes van al Padre.

Caminemos hacia el amor generoso de Dios Padre.

Que Dios los bendiga.

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