Homilía: Los fracasos de nosotros y de Jesús

Aquí está mi primera homilía en español para la Misa el domingo. El evangelio es Luke 23:35-43. Yo di la homilía una vez en La Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens, Calif., al lado de Long Beach. La grabación se hizo en la Misa a las 18 el domingo, el 13 noviembre 2022.

Jesús está allí con nosotros en nuestros fracasos.

Dios bendiga a ustedes.

Aquí tiene la homilía.

Recientemente, pensé que todo fue un fracaso total. Enseñar las clases de Confirmación … un fracaso. Hablar español … un fracaso. Mis proyectos … muchos fracasos. Me pregunté a mí mismo si sería feliz nuevamente.

Sin embargo, en este evangelio, Jesús me enseñó esto:

Jesús está allí con nosotros en nuestros fracasos.

Sí, nosotros celebramos que Jesucristo es nuestro rey. Pero su reino necesita la cruz, un símbolo del fracaso en los ojos del mundo.

¿Podemos estar crucificados como los malhechores con Jesús?

Imagínense. Estamos crucificados con Jesús. Tenemos nada excepto nuestros fracasos y el fracaso de Jesús.

La misión de Jesús pareció al mundo un fracaso. Las autoridades no creyeron en Jesús. Sus discípulos lo abandonan. Él estuvo crucificado. Jesús fracasó. Yo fracasé. Nosotros fracasamos.

Estamos crucificados con Jesús.

¿Qué hacemos?

¿Insultamos nosotros a Jesús? ¿Participamos en los insultos del mundo? ‹‹Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: ‘Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros.’ ››

En cambio, nos damos cuenta de nuestros fracasos. ‹‹Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. ››

Solicitamos a Jesús esta petición. ‹‹Acuérdate de mí. ››

Jesús responde: ‹‹Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso. ››

La promesa. ¿Creemos nosotros en la promesa de Jesús en el dolor de nuestros fracasos?

Todos los mártires creen esa promesa. Ellos parecen ser fracasos al mundo. Especialmente, Beato Miguel Pro y San José Sánchez del Rio, murieron creyendo la promesa de Jesús del paraíso. No es el fin. No es el fin sino el comienzo.

Todavía, otra promesa. Otra promesa.

La Virgen María nos recibirá como ella recibió el cuerpo de Jesús. Ella limpió el cuerpo y lo puso en la tumba.
Ella lo preparó para la resurrección. Ella creyó en la promesa de resurrección. Pero Jesús no sintió el toque físico del amor de María.

Del mismo modo, ella nos ama y cuida, aunque no sentimos su toque. Ella nos prepara para la esperanza nueva, el gozo y el éxito nuevo.

Sí, fue un fracaso total. Pero, no es el fin.

Hay la Resurrección.

¡Viva Cristo Rey!

¡Viva Cristo Rey!

¡Viva La Virgen de Guadalupe!

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